La Ciudad

El padre Pedro Opeka, misionero en Madagascar expondrá en la Catedral

Mañana, participará de la misa de las 20 presidida por el obispo Mestre. La actividad se realiza en el marco de la presentación del libro "Rebelarse por amor".

El padre Pedro Opeka, argentino, misionero en Madagascar, que sacó a medio millón de pobres del basural en aquella isla del océano Indico africano, estará mañana en nuestra ciudad. Participará de la misa de las 20 presidida por el obispo, monseñor Gabriel Mestre, concelebrada por el sacerdote y luego se realizará la conferencia.

La actividad se realiza en el marco de la presentación del libro “Rebelarse por amor”, editado conjuntamente por las editoriales Guadalupe, Agape, San Pablo, Bonum y Paulinas; y su visita a la Argentina por distintas ciudades.

“El sacerdote argentino Pedro Opeka, es miembro de la Congregación de la Misión (Padres Vicentinos), quien desde 1975 es misionero en Madagascar. Hace 29 años comenzó la misión en un basural, en las afueras de la ciudad de Antananarivo, bautizado con el nombre “Akamasoa”, que en dialecto malgache significa buenos amigos. Allí construyó casas para miles de familias sin hogar que sacó de la pobreza y hoy comparte la vida junto a ellos. En sus viajes por Europa y el mundo, realiza campañas para conseguir los fondos que sostienen la misión: ‘Por esta gente yo voy hasta el fin del mundo a pedir justicia’, indicó. Pero rescató que en sus viajes no pide ni mendiga, ‘solo hablo en nombre de un pueblo que quiere vivir de pie, con coraje y con el sudor de su frente'” detallan en el portal de la Agencia AICA.

“¡No quiero asistirlos!”

Hace unos días, el padre Opeka brindó una charla en el Palacio San Martín de la Cancillería; y allí, en la presentación el sacerdote aprovechó la presencia de políticos para dar a conocer su opinión sobre el tratamiento de la pobreza y aclaró: ‘Nunca dije que los planes sociales estén mal’. Pero destacó que estos deben ser para los casos límite y especiales. ‘Yo le digo a mi gente de Madagascar: ¡No quiero asistirlos! Porque asistir a una persona que puede trabajar es hacerla dependiente y esa persona nunca va a ser una persona en serio’.

Durante una hora y media, el religioso conmovió a los presentes con el relato de la cruda realidad que vive junto al pueblo malgache. Dos mujeres nativas, que lo acompañaron en el viaje, compartieron su testimonio como testigos del trabajo que el padre realiza en Madagascar.

El padre Opeka comenzó en 1989 la obra de Akamasoa, (urbanización de un basural) en las periferias de la ciudad de Antananarivo, capital de Madagascar. Hoy el proyecto cuenta con cinco poblados donde viven cerca de 3 mil familias, representando una población estable de más de 17 mil personas, de las cuales el 60 por ciento son niños menores de 15 años. Unos 9.500 chicos estudian en sus colegios y se da trabajo a unas 3.500 personas en la asociación (atendiendo escuelas, dispensarios, hospitales, canteras, fábricas de muebles y artesanías).

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